Despidos injustificados, uno de los juicios laborales más comunes


El juicio sobre despido injustificado o indebido es uno de los tres más comunes del derecho laboral. Como trabajador, conozca cómo empoderarse para exigir sus derechos, y como empleador, sepa cómo evitar errores que lo exponen a pagar altas multas.

Tanto doctrina como jurisprudencia están meridianamente de acuerdo en que el término de la relación laboral es un hecho excepcional, normado estrictamente, protegiendo así la estabilidad del empleo. Este hecho excepcional tiene causales y están específicamente señaladas en el Código del Trabajo, en sus artículos 159, 160 y 161.

Estas causales, como necesidades de la empresa, término de obra, falta de probidad del trabajador (honradez, honestidad, integridad y rectitud de comportamiento), abandono del trabajo, etc., tienen mayor o menor dificultad de prueba. Por ejemplo, la llegada de un plazo es un hecho innegable si está por escrito; al contrario, la necesidad de una empresa, es casi siempre un hecho que se discutirá y se deberá probar.

Cada vez que el empleador aplique una causal, ésta debe estar debidamente explicada en la carta de despido, detallando la causal de derecho, como la de hecho. Esto servirá para que el trabajador entienda claramente la razón de su despido, y así pueda convencerse o no de esta realidad, llegando a un juicio de despido injustificado. El trabajador está en todo su derecho de dudar de que la empresa tenga las necesidades que aduce tener, dudar que la obra haya terminado, o no estar de acuerdo con que sus conductas no hayan sido probas.

Si el empleador no prueba la veracidad de la causal, el tribunal podría condenarlo a pagar las sumas de dinero que le adeude por concepto de indemnización por años de servicio, incluso aumentadas entre un 30% a un 100% según la causal.

Esto sería lo primero que busca un trabajador en este tipo de juicio. Lo segundo es conseguir que un tribunal aclare que la causal aplicada no es válida, y que por tanto, según el caso, no está probada su falta de probidad o que no incumplió las obligaciones de su contrato.

En tal sentido, el Código del Trabajo hace referencia a formalidades que deben ser cumplidas a cabalidad para el despido, como la obligación de justificar bien la carta de despido y el envío de ésta al trabajador, como también la notificación a la Inspección del Trabajo dentro de plazos que alguien dentro de la empresa debe conocer a cabalidad para evitar errores.

Cualquier incumplimiento de estas obligaciones origina, además de los recargos ya señalados, multas ante la Inspección del Trabajo. Por eso, como empleador, debe conocer la ley para proteger a sus trabajadores y para evitar condenas por acciones que muchas veces se cometen por ignorancia.

Para terminar, un consejo para el empleador: no dejar a cualquier persona dentro de su empresa a cargo de los despidos. Debe tratarse de un profesional idóneo y calificado que siga rigurosamente la normativa legal vigente, pues los errores en esta materia les pueden costar bastante caros.

Trabajador, ya sabe lo que podría pedir en un juicio. Exíjalo.